Muchas veces las familias no denuncian y son los reportes del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), mediante el Registro Civil, o informes de centros médicos de la Caja, los que permiten a las autoridades judiciales investigar casos de relaciones impropias, que son castigadas por la ley.
Con el proceso de inscripción de nuevos nacimientos, la institución toma nota de los casos en que las madres son personas menores de edad y verifica si se incluye a un adulto como progenitor.
Datos solicitados por Noticias Columbia, revelan que en el 2020, el Registro Civil hizo 509 reportes o alertas a la Fiscalía. En los primeros cuatro meses de este año, se trasladaron 211 reportes.
El Oficial Mayor del TSE, Luis Guillermo Chinchilla, dijo que las cifras corresponden solo a las alertas por registros manuales en papel, pero el sistema permite hacer reportes en línea de manera automática, por ende, los números son más altos.
“Nosotros tenemos un sistema de registro de nacimiento en línea. Cuando os percatamos que hay una madre menor de edad que da a luz, se nos enciende una primera alerta. Esa va también muy correlacionada a que se nos indica en la declaración (que hay) un progenitor mayor de edad”, explicó.
“Todos esos casos, el sistema automáticamente los remite a un correo electrónico del Ministerio Público, y son ellos los que van a determinar si efectivamente procede o no el trámite de la denuncia”, añadió.
En los casos en los que no había una conexión viable o registro en línea, se usan los formularios de papel, cuyas copias se envían a la Fiscalía de ser necesario.
Datos de OIJ
Del año 2020 a mayo de este año, el OIJ investigó 246 casos de presuntos delitos de relaciones impropias; 42 son del 2022.
Para comprender mejor esta situación es preciso explicar en qué momento, según la ley vigente, se está en presencia de un caso de este tipo.
–Un escenario es cuando la persona ofendida es menor de 13 años, aún cuando haya consentimiento. La persona autora del hecho podría ser investigada por violación.
—Si la persona ofendida es mayor de 13 años pero menor de 15 años, la persona adulta no puede llevarle más de cinco años, pues se configura el delito de relaciones sexuales con persona menor de edad.
–Y el tercer escenario es cuando la persona ofendida es mayor de 15 años pero menor de 18. La persona adulta no le puede llevar más de siete años pues, de lo contrario, se configuraría el delito de relaciones impropias.
Roberto Pérez, de la Sección Especializada en Violencia de Género, Trata y Tráfico de Migrantes del OIJ, explicó que estos delitos se investigan sin importar que las personas menores de edad o sus familias consientan la relación.
“El delito es de acción pública. El OIJ y el Ministerio Público están en la obligación de realizar todas las diligencias pertinentes de investigación, esto a pesar de que la víctima no quiera denunciar. Nosotros tenemos otros mecanismos con los cuales eventualmente podríamos probar que una persona mayor de edad tuvo relaciones sexuales con una persona menor de edad y con esos instrumentos enviar la suficiente información (a la Fiscalía) para que una persona sea proceda”, dijo.
Pérez indicó que la ley contempla condiciones que pueden agravar las sanciones para los acusados de estos delitos, como que el autor sea pariente, tutor o que tenga influencia sobre la familia como el caso de líderes o guías religiosos.
Pérez recalcó que como muchas de estas situaciones no son denunciadas por las personas menores de edad ni sus familias; gran parte de los casos se originan por alertas de instituciones estatales.
“De la Caja Costarricense de Seguro Social, ya sea por intervenciones sociales o por atención a personas menores de edad en estado de embarazo, que comunica la situación de oficio al Ministerio Público y este solicita al OIJ la apertura de una investigación.
”También tenemos el Tribunal Supremo de Elecciones, el Registro Civil, que comunica los nacimientos donde la madre es una persona menor de edad y eventualmente no se determina… o sí se determinó la identidad y edad del padre de esa criatura”, agregó.
