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Bryan Ruiz: El día en que don Rubén le advirtió, ‘usted en la Liga no va a jugar’, y el reencuentro con su pasado en ‘Los nietos del abuelo’

by Jose Pablo Alfaro

Distendido y sin filtros, Ruiz escarbó en los recuerdos más profundos de un pasado lleno de lucha. Confiesa que arreglaba sus tacos con cinta adhesiva, a veces no le alcanzaban los pases, así que caminaba de La Sabana a Barrio Cuba, y su ‘gran gusto’ era saborear el pollo ‘al bombillo’ en los buses. Contó cómo llegó a la Liga luego de que en Saprissa le dijeron que era ‘flaquito’ y reveló el particular sobrenombre de su hermano Yendrick. También rememora la frase de su abuelo, ‘envenenado morado’: “Usted en la Liga no va a jugar”.

En San Felipe de Alajuelita, don Rubén González fundó ‘Los nietos del abuelo’, el primer equipo de Bryan y Yendrick Ruiz y el proyecto personal del que consideran su padre, quien siempre soñó con que algún futbolista de su ‘equipito’ llegara a la Primera División.

Don Rubén, abuelo de los Ruiz, lo intentó con sus hijos y con los jóvenes más talentosos de su barrio, pero fueron sus dos nietos más cercanos quienes le cumplieron el sueño.

Bryan profundizó en sus inicios en Alajuelita en el Podcast ‘Corazón Manudo’, elaborado por el club rojinegro. Contó que hubo momentos de adversidad, como cuando hizo prueba en Saprissa en dos ocasiones y no lo aceptaron, o cuando se le rompían los tacos y los reparaba con cinta adhesiva.

“Mi abuelo siempre fue muy fiebre del fútbol. A los 16 años se enamoró del fútbol. Cuando tenía que ir a trabajar, se llevaba escondidos los tacos y los dejaba en algún charral y luego los recogía para ir a jugar. Él siempre quiso sacar un jugador para Primera División. Quería a los hijos, que algunos jugaban pero ninguno llegó. Después quiso llevar a Primera a algún futbolista del barrio, pero ya después los nietos éramos varios y empezamos a jugar. Al final entre todos los jugadores, dos llegamos a Primera, Yendrick y yo”, contó.

Ruiz también recuerda con una sonrisa cuando tenía que ir a entrenar y los pases de bus solo le alcanzaban para pagar una ruta, entonces debía caminar desde La Sabana hasta Barrio Cuba para ya luego tomar el transporte que lo llevaba a su casa.

El capitán de la ‘Sele’ confiesa que cuando le sobraba algo de dinero, compraba pollo ‘al bombillo’ y lo saboreaba durante el trayecto en autobús.

En una extensa charla, el veterano futbolista explicó que, en aquellos tiempos, su hermano Yendrick tenía un sobrenombre muy particular y jugaba en una posición distinta.

“El principal personaje en ayudarnos a Yendrick y a mí a cumplir un sueño fue él. Que nosotros no le decimos abuelo, sino papi. Porque mi papá se fue desde que éramos pequeños y no volvió, entonces mi abuelo es un papá para nosotros. Aparte de él está la familia, mi mamá y mis tías, que nos llevaban a los partidos de niños”, dijo.

“Empezábamos en canchas de barrio, ‘mejengueabamos’ en un ‘play’ y jugábamos en el estadio de Alajuelita. Mi primer torneo oficial fue cuando tenía siete años, ahí empecé mi carrera. Incluso, Yendrick jugaba de contención, le decían ‘el chunchito’, porque pasaba barriéndose, pero al final terminó siendo delantero y goleador”, contó.

Como su abuelo era un fanático de la ‘S’, llevó a sus nietos al club en dos ocasiones. Sin embargo, nunca recibieron la oportunidad.

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¿Cómo llegó a la Liga? Ruiz contó que la posibilidad de incorporarse a Alajuelense surgió cuando un compañero de colegio en el Liceo de Costa Rica le dijo que asistieran al ‘Proyecto San José’, una filial manuda en la capital que, a la postre, le permitió reforzar las fuerzas básicas rojinegras.

Ruiz hizo una prueba allí, aunque el jugador recuerda una frase de su abuelo antes de asistir: ‘Vamos a ir, pero usted en la Liga no va a jugar’, le dijo.

“Mi abuelo es saprissista envenenadísimo. Cuando estamos en el equipo de él, a los 11 años, él decide llevarnos a hacer una prueba al Saprissa, y lo que nos dijeron es que éramos muy flaquitos. Lo intentó dos veces”, contó Ruiz.

“Le dije, ‘papi, tengo esta posibilidad de hacer una prueba en Proyecto San José’. Y mi abuelo como es demasiado morado, recuerdo las palabras que me dijo: ‘Vamos a ir, pero usted en la Liga no va a jugar'”, contó Ruiz, entre risas.

Ya incorporado en la filial manuda, se organizó un fogueo entre este equipo y el plantel oficial de Alajuelense, que curiosamente acabó 5 por 0 a favor de Proyecto San José.

Así que el entonces director de liga menor, Enrique ‘Quique’ Vásquez, optó por reclutar a un buen número de jóvenes de aquel equipo para reforzar las ligas menores, entre ellos Ruiz.

A pesar de que se adaptó de inmediato, el futbolista recuerda que vivió momentos difíciles, pues entre los 15 y los 16 años, hubo un entrenador que lo banqueó, pues no le gustaba su estilo, así que su abuelo habló con Vásquez y decidieron subirlo al alto rendimiento.

Incluso, Ruiz confesó que en algún momento valoró dejar el fútbol y únicamente dedicarse al estudio, pues su madre lo había impulsado para que culminara el colegio. Como casi no jugaba, pensó en dejar el equipo, pero don Rubén conversó con Vásquez y ya en el alto rendimiento, su nuevo entrenador le dio la confianza y le permitió retomar el rumbo.

Posteriormente, cuando Vásquez fue nombrado como interino del primer equipo manudo, lo ascendieron a la máxima categoría. A partir de ahí, empezó a crecer como la espuma.

“No me gusta ponerme de víctima, porque sé que hay personas que la tienen mucho más difícil, pero entra más difícil más cuenta. Muchas veces había que ponerle cinta adhesiva a los tacos porque se desgastaban. Los pases eran tallados para ir a entrenar”, concluyó.

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