Tras una década compitiendo de forma oficial en el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) de la FIA, el equipo Porsche GT fue combativo hasta el final.
En la reñida carrera de ocho horas disputada en el Circuito Internacional de Baréin, los dos Porsche 911 RSR estuvieron en cabeza en los compases iniciales. Sin embargo, dos fases de bandera amarilla en toda la pista, justo después de las paradas para repostar, dejaron a los 911 RSR de fábrica muy por detrás de sus rivales cuando apenas iban dos horas de carrera. A pesar de la extraordinaria actuación de los pilotos y el gran trabajo el equipo, los esfuerzos por recuperar el terreno perdido no fueron recompensados.
Al volante del auto número 92, el francés Kévin Estre y el danés Michael Christensen terminaron la última prueba de la temporada en Baréin terceros entre la categoría GTE-Pro.
El auto gemelo pilotado por el italiano Gianmaria Bruni y el austriaco Richard Lietz cruzó la meta cuarto. Estos resultados no bastaron para sumar los puntos suficientes que les otorgaran los títulos mundiales de Constructores y Pilotos. Poco antes de pasar la bandera de cuadros los dos 911 RSR intercambiaron posiciones. La razón era que, si el castigado Ferrari nº 51 se hubiera retirado, Estre/Christensen podrían haberse asegurado el campeonato mundial de pilotos en el último minuto.
“Es un resultado decepcionante para nosotros. Teníamos muchas ganas de llevarnos el título como despedida apropiada del 911 de fábrica”, dijo Thomas Laudenbach, vicepresidente de Porsche Motorsport. “Hicimos un trabajo impecable y dimos lo mejor, pero no tuvimos recompensa. Hubo mala suerte en dos ocasiones con el momento de las banderas amarillas, lo que nos dejó sin opciones. Aun así, no olvidemos que ganamos nuestra categoría con el 911 RSR en las 24 Horas de Le Mans el pasado junio”.
“Al final, fuimos demasiado lentos y los rivales tuvieron más suerte con las fases de bandera amarilla”, dijo Alexander Stehlig, director de Operaciones de Porsche en el WEC. “Necesitamos averiguar si nuestra falta de ritmo se debió a los neumáticos o a la compensación del Balance of Performance (BoP). Estoy triste porque habíamos imaginado un resultado diferente para concluir este gran programa con nuestros GT oficiales”.
La carrera final de la temporada fue mucho mejor para el equipo cliente Project 1, que compitió en la categoría GTE-Am. Después de las impresionantes actuaciones del suizo Nicolas Leutwiler, el danés Mikkel Pedersen y el italiano Matteo Cairoli, el vehículo con el dorsal 46 ganó su categoría por delante del auto gemelo.
Aún más increíble fue el hecho de que se trataba del debut en el WEC de los dos estadounidenses Gunnar Jeannette y P.J. Hyett, con el Porsche 911 RSR nº 56. El dúo fue completado en su lucha por el segundo puesto por el piloto inglés Ben Barnicoat. “Felicitaciones a nuestros equipos cliente”, dijo Thomas Laudenbach.
Por su parte, Alexander Stehlig dijo: “El Project 1 consiguió el doblete que todos los equipos quieren al acabar un campeonato. Esto les hará estar muy motivados de cara a la temporada 2023, que marcará el último año del 911 RSR en la categoría GTE-Am del WEC”. El 911 de GR Racing fue sexto, mientras que los dos autos del equipo Dempsey-Proton Racing terminaron octavo y duodécimo.
Con la conclusión de la temporada 2022, se cierra una era en las carreras de resistencia: la popular y competida categoría GTE-Pro será eliminada de manera gradual. A pesar de todo, el Porsche 911 RSR seguirá compitiendo en 2023 y los equipos cliente mantendrán este modelo en la categoría GTE-Am. El próximo año, el nuevo equipo oficial Porsche Penske Motorsport luchará por la victoria absoluta con los prototipos 963 LMDh en el escalón más alto del Campeonato Mundial de Resistencia.
