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Con pichingas, una papa cruda y agua de lluvia: Así sobrevivió pescador tres días al hundirse su lancha

by Alejandro Arley

El puntarenense contó su impactante historia a Noticias Columbia. Califica como un milagro estar vivo y agradece a Dios estar de nuevo con su familia en Barranca.

Alejandro Pérez Gutiérrez, tiene 49 años de edad y más de 20 de experiencia como pescador. Salió el sábado de Puntarenas junto a un compañero de trabajo identificado solo como Cristian.  Llegaron al Pacífico Norte, cerca de Cabo Blanco.

Los problemas comenzaron el sábado 11 de junio por la noche con el fuerte oleaje y el mal tiempo. El agua entraba a la lancha y ambos batallaron arduamente para tratar de sacarla.

El domingo 12, aproximadamente a las 5:30 de la mañana, Pérez se percató de que el destino era inevitable: la embarcación, llamada Karen LV se iba a hundir. 

En medio del caos y la desesperación, se comunicó por teléfono con su familia y les pidió que llamaran al servicio de emergencias y a los Guardacostas.  Luego se preparó como pudo para mantenerse a flote en altamar. 

“Ya cuando la lancha se iba hundir le dije a mi compañero: ‘agarre boyas y pichingas muchacho, agarre un cuchillo que es fundamental tenerlo en ese momento por si tiene que cortar algo, porque  los trasmallos flotan, se te puede venir encima uno, enredarte, no lo podés cortar con la boca o con los dientes, cortás con el cuchillo… echate el cuchillo´”, recordó.

Él tomó pichingas y siguiendo su propio consejo, también agarró un cuchillo. Hacía todo el esfuerzo por mantener su teléfono seco.

Ganó todo el tiempo posible antes de caer al agua. En ese lapso recibió una llamada del 9-1-1 y reportó su posición. 

“Me subí en el techo de la embarcación mientras se estaba hundiendo poco a poco. Logré hacer llamadas, sacar fotografías y mandárselas a mi señora (Valeska Zamora) y le dije al muchacho del 911: ´ya no puedo hablar contigo porque estoy en emergencia. Nada más estoy entre Malpaís y Cabo Blanco, como una milla de la arena”, relató.

Estas son las fotos que Pérez envió a su esposa antes de que la lancha se hundiera. Cortesía de Valeska Zamora.

Pérez considera que las autoridades, principalmente Guardacostas,  debieron atender de mejor forma la emergencia. No entiende cómo ninguna embarcación los localizó con tantas horas a la deriva. 

Dijo que el reporte de la situación lo hizo muy temprano en la mañana y, por eso, le costaba creer que en la tarde nadie los había encontrado. 

“Había un puesto en Manzanillo, que es el de naval, dicen que podían haber llegado en 20 o 30 minutos. La naval de Caldera pudo haber llegado en dos o tres horas y ¿sabe qué? Estuve hasta las cuatro de la tarde viendo el reloj y dije: ´no puede ser posible que vaya a dormir en este mar, hoy en la noche… aquí´. Nadie llegó a rescatarnos, a un kilómetro de la orilla… nadie”.

Imagen suministrada por el Ministerio de Seguridad que explica el punto del naufragio y el sitio donde hallaron a Pérez.

El fuerte oleaje separó a Alejandro Pérez de su compañero Cristian quien también estaba flotando con las pichingas y boyas. Lo tuvo a la vista solo como 30 minutos y lo último que conversaron fue que confiaban en ser rescatados. 

La espera se hizo eterna. Con el riesgo de la deshidratación y sin comida, echó mano de lo único que pudo salvar del naufragio. 

“No senté hambre ni el primer día, ni el segundo día. Ya al tercer día sí sentía hambre. Me imaginaba comida de la casa, un pinto con natilla, tortilla y café. Cuando agarré el celular, había una papa en la bolsa porque se fue…cuando vacié las verduras quedó una papa”.

“Del hambre agarré la papa cruda y me la comencé a comer pero cuando llevaba la mitad pensé: ´¿qué estoy haciendo? Tengo que dejar ración de comida porque si no mañana ¿qué voy a comer? Quería comérmela porque sentía que me estaba comiendo una manzana”.

“Improvisé en el mar una bolsa plástica, recogía agua del cielo, que me caía lluvia y tomaba agua de lluvia”, narró.

El milagro

La tarde del martes, casi tres días después del naufragio, la ayuda cayó como del cielo. Asegura que fue un milagro que un enorme barco mercante pasara por la zona a la que él fue arrastrado. 

“Veía nubes negras, estaba lloviendo, comenzaban a alzarse las olas grandes y venía un barco en el oriente. Dije: ´Dios mío me mandaste un enorme rescate, no lo puedo creer, ¡viene hacia mí!´”.

Pérez comentó que a pesar de ver la embarcación pensó que era muy difícil que lo vieran porque era como encontrar una hormiga en la inmensidad del mar. En ese momento se le escapó una extraña risa por lo irónico de la situación

“Era un mercante inmenso, de unos 30 metros de altura. ¡Era un barco gigantesco!”, detalló.

La odisea continuó. Por la velocidad que traía el barco, era muy difícil que se detuviera justo donde estaba. Observó tripulantes que le hacían gestos como si le estuvieran diciendo que “no”.

En ese momento no entendía. Luego el barco lo sobrepasó pero se detuvo menos de una milla después. Entonces lo vio girar y supo que iban por él… iban a rescatarlo.

Primero le lanzaron un flotador. Sin fuerzas, escaló una parte del casco hasta tomar la escalera que habían colocado. Finalmente luego de tres días de naufragio…estaba a salvo. La tripulación lo auxilió de inmediato.

Tras ser rescatado, el barco lo llevó a Nicaragua. Agradeció a las autoridades de ese país pues asegura que le dieron un excelente trato y lo ayudaron con todo lo que necesitó. “Si hubieran podido me llevan hasta la casa”, añadió.

Este viernes se reunió con su familia en Barranca de Puntarenas. Hubo abrazos, lágrimas y desde luego mucha tristeza por no saber qué pasó con el compañero Cristian quien aún está desparecido. 

Tiene algunas lesiones en las piernas, el estómago y un brote en la piel por los efectos de los llamados hilos de mar, que se sienten como una quemadura. 

Luego de esta experiencia Pérez no sabe si volverá al mar. Es la tercera vez que naufraga pero ninguna de las anteriores se compara con lo vivido entre el 11 y 14 de junio pasados.

Afirma que la decisión pasará por primero por conversar con Dios y su familia.

Desde el jueves, Noticias Columbia solicitó una entrevista con el director de Guardacostas y viceministro de Seguridad Martín Arias, sin embargo, dijo que tramitáramos la solicitud con el Departamento de Prensa.

Este viernes, el Ministerio envió unas declaraciones de Arias en video en las que aseguró que se mantiene la búsqueda por aire, mar y tierra del pescador desaparecido.

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