Empiezan su labor a inicios de la tarde y terminan casi a las 9 p.m., una jornada que repiten seis veces a la semana y apenas les da el costo. Aún así, los choferes no gastan la cantidad de dinero para combustible que reciben los diputados por mes para uso discrecional.
Carlos, de 74 años, lleva toda una vida con un único oficio: ser taxista. Su experiencia de 52 años en el medio le ha dejado ver cambios de cambios, desde la competencia con los porteadores y las plataformas digitales, hasta una pandemia que afecta el costo de la vida.
Está casado, tiene hijos, y se dedica a ser taxista porque, a su criterio, a su edad es lo mejor que puede alcanzar. Sin embargo, la lucha es dura.
Similar a Carlos están Miguel y Jose, quienes se dedican a Uber, y reconocen que los casi nulos aumentos en el costo de los viajes apenas dan para tener un salario digno y cubrir el alto costo de las cosas.
Ellos, como muchos otros, trabajan largas jornadas para alcanzar ingresos mínimos que les permitan afrontar sus gastos básicos, y pagar mes a mes uno de sus egresos más fuertes: la gasolina.
Actualmente, un chofer puede llegar a pagar entre 300.000 y 384.000 colones al mes para llenar su tanque y trabajar, cuando hace un año gastaban hasta menos de la mitad.
Mientras tanto, en Cuesta de Moras los 57 diputados disponen de 500 litros de gasolina por mes para usarlo a su gusto, los cuales son depositados en su equivalente en colones por la administración del Congreso en una tarjeta de débito del Banco de Costa Rica que se le da a cada diputado.
El beneficio, de gran debate en los últimos meses en el país, se origina de la Ley 7352, Ley de Remuneración de los Diputados de la Asamblea Legislativa, cuyo numeral 5 indica que “los diputados dispondrán de una cuota mensual de quinientos litros de combustible, para uso discrecional en vehículos automotores.”
Los 500 litros de gasolina actualmente se traducen en 479.000 colones de gasolina super, 466.500 de gasolina regular y 454.000 colones de diesel, montos que superan en casi 100.000 colones lo que un taxista o un uber paga por mes para llenar su tanque luego de largas jornadas laborales.
Por ejemplo, en una jornada típica un chofer puede trabajar desde mediodía hasta las 9:00 p.m. 6 días a la semana, mientras que otro trabaja los mismos días entre 6:00 a.m. y 4:00 p.m. Aún así, a pesar de las presas, las rutas diarias y el precio de la gasolina, su gasto es bastante menor que lo que recibe un congresista.
Actualmente, 11 diputados han renunciado al beneficio de combustible mensual. Se trata de Jonathan Acuña, Sofia Guillen, Ariel Robles y Priscila Vindas del Frente Amplio (FA) , Andrea Álvarez y Rodrigo Arias de Liberación Nacional (PLN) , Lesley Bojorges del PUSC, Pilar Cisneros y Paola Nájera del Progreso Social Democrática (PSSD) y Jorge Dengo y Eli Feinzaig del Liberal Progresista (PLP).
De hecho, algunos de esos diputados, como por ejemplo los del Frente Amplio, presentaron un proyecto para disminuir la cantidad de litros de combustible que reciben los legisladores.
