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El otro mito que rompió Luis Fernando Suárez tuvo a un gran aliado del que se habla poco

La etiqueta de favoritos siempre le sentó mal, pésimo a Costa Rica

by Eduardo Baldares

¡Creerse favorita siempre había sido una desgracia para Costa Rica!

No nos sienta bien.

¡Maldita etiqueta de favoritos! ¡Cómo nos cuesta portarla!

Recuerdo la ruta camino a EEUU 94… Nos creímos la mamá de Tarzán y el sueño americano se convirtió en pesadilla; seguíamos embriagados de Italia 90… Honduras nos ganó los dos partidos, incluida voltereta 2-3 en el Nacional, después de ir ganándoles 2-0 en la primera parte, cuando abrimos la champaña antes de tiempo.

Y qué decir de Francia 98… Ni con el fracaso de cuatro años atrás escarmentamos. Nos sentíamos más que los Reggae Boyz y terminamos viendo a Jamaica por televisión. Nos sentíamos gigantes a la par de El Salvador, y los cuscatlecos nos ganaron allá y nos empataron en “La Cueva”. Ellos también quedaron eliminados, pero nos jalaron de los tobillos hacia las turbias profundidades del fracaso.

Como en Italia 90, el éxito de las eliminatorias hacia Corea y Japón fue estar contra las cuerdas (¿se acuerdan del sufrimiento de tener que disputar un repechaje contra Guatemala?). Pero la “Sele” se levantó, hizo una gran eliminatoria, pero espectacular, con todo y “Aztecazo”. Ya en el Mundial otra vez creímos que podíamos jugar de tú a tú contra Brasil y nos comimos cinco.

La cuerda alcanzó hasta 2006, donde el “tú a tú” nos volvió a aniquilar y nos devolvieron de Alemania rapidito, sin puntos y con 11 goles en el equipaje.

Y entonces otra vez nos sentimos, otra vez, la “pomada canaria”, hacia Sudáfrica 2010. Habíamos hecho una gran primera vuelta y, entonces, sucedió… Ese maldito “tú a tú” volvió a matarnos en Honduras. Nos clavaron 4 a 0 y el DT de entonces salió de ese país haciéndoles un número 1 con las manos a los periodistas catrachos, como vanagloriándose del primer lugar que todavía ostentaba la “Sele” pese a la humillante paliza.

Fue el comienzo del fin. Como siempre, la soberbia. Se le abrió a México en Tibás y, tome, 0 a 3. Se la abrió a El Salvador en el Cuscatlán y, tome, 1 a 0. Ni el cambio de timón funcionó, sobrevino la desgracia del gol de Bornstein al 95′ y el repechaje perdido contra Uruguay.

Ah… Y Honduras sí se clasificó a Sudáfrica.

Siempre nos va mejor cuando nos dicen cosas como “Costa Pobre”… Ese fue el estímulo para convertirnos en el Mata-Gigantes de Brasil 2014 y el combustible que rindió para clasificar a Rusia… Adonde llegamos creyéndonos todavía la octava del mundial anterior y octava maravilla del mundo. Y, claro, solo se jugó la primera ronda.

¡Maldita etiqueta de favoritos! ¡Cómo nos cuesta portarla!

Y llegó la travesía hacia Catar… Tras una primera vuelta de pesadilla, una vez más la “Sele” abrió un túnel en los densos nubarrones y completó 19 de los últimos 21 puntos que la instalaron en el repechaje…

Como siempre, contra las cuerdas, sacamos lo mejor de nosotros y le remontamos cinco puntos de desventaja a Panamá, al que terminamos sacándole cuatro de diferencia.

El gran peligro, ¡llegar como ultra favoritos al repechaje! Hasta el técnico de Nueva Zelanda, Danny Hay, se quejó: “todo el mundo nos está dando por muertos”…

Y entonces, la pregunta de rigor; ¿podríamos por una vez asumir como se debe la etiqueta de favoritos?

¡¡¡¡¡¡¡Sí!!!!!!!!

Por una vez, ¡sí!

Con Luis Fernando Suárez como CEO, el que marcó las directrices generales, y un Felipe Camacho que fue su as bajo la manga, su gran aliado poco reconocido, el factor diferenciador y quien hizo un trabajo para premio en el área psicológica, Costa Rica logró clasificar al mundial rompiendo ese mito histórico: hacer buenos los pronósticos a su favor.

La etiqueta de favorita quedó intacta y reluciente. No la desmaterializó el ácido de la soberbia, como tantas otras veces.

Así como Suárez y Camacho lograron blindar a la “Sele” contra las críticas en la primera vuelta de la octagonal, también la impermeabilizaron contra el triunfalismo previo al repechaje, y tampoco cayó en la trampa del bobalicón “tú a tú”, planteándose defensivamente contra Nueva Zelanda, defendiendo todo el partido el tempranero golcito de Campbell. ¡Bravo!

Mención honorífica para la dirigencia que, encabezada por el presidente Rodolfo Villalobos, le tuvo paciencia cuando la cuesta se le empinó, y tuvo el poder de negociación para: 1) hacerle ver la necesidad de aceptar la asesoría de una Comisión Técnica y 2) convencer a los clubes de parar el torneo para enclavar los providenciales microciclos.

Todo ello revuelto con múltiples ingredientes, al que los jugadores le pusieron la cerecita, nos llevaron adonde estamos: El grupo “de la muerte” en Catar 2022, junto con España, Alemania y Japón. Ahora solo esperamos que nos digan “Costa Pobre” y “Cenicienta” para reactivar al Mata-Gigantes. Y, si no, ahí está Camacho para motivar independientemente del entorno.

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