En entrevista con Noticias Columbia, George Angulo, dijo que vivió una pesadilla tras ser atacado, amenazado de muerte y privado de su libertad por tres días.
El empresario, quien tiene una cadena de gimnasios (en la foto), fue liberado la noche del viernes tras un pago en bitcoins (moneda virtual) y su caso trascendió este fin de semana.
Hizo un pedido al mandatario Rodrigo Chaves y a los diputados para que vuelquen su mirada a los niveles de inseguridad que vive el país.
“¿Cómo va a ser posible que ahora nuestros hijos tienen que estar escondiéndose o preocupados si salen a tomarse un café o se van a Zapote a un fiesta y preocuparse porque puede ser que los maten o los asalten en el camino por robarse un celular?”, afirmó.
“Pido a don Rodrigo Chaves y a la Asamblea Legislativa que por favor le den recursos al Poder Judicial, a la Policía, para ganarle a la gente del crimen porque estamos perdiendo”, añadió.
Indicó que está anuente a hablar con la prensa, a pesar de las amenazas de muerte que recibió, porque quiere que su caso sirva para llamar la atención de las autoridades.
“Es hacer un eco. Tenemos que hacer algo contra esta gente que está secuestrando empresarios, comerciantes… porque no son empresarios grandes sino, desde que tengan un súper, una pulpería o que manejen algo de dinero, para ellos son gente apetitosa para secuestrar”, resaltó.
Agradeció la ayuda que el OIJ brindó a su familia. Por razones de seguridad y de investigación no puede dar detalles acerca de la participación de la Policía Judicial en el caso.
¿Qué sucedió?
Angulo relató que la mañana del miércoles llegó en su vehículo al centro de ejercicios en Montes de Oca cuando lo atacaron varios sujetos que arribaron en un carro, se hicieron pasar por agentes del OIJ y portaban armas de grueso calibre.
Como es un hombre corpulento, enfrentó a los sujetos y peleó con ellos. Unos instantes después llegaron otros hombres y lo obligaron a subirse a uno de los automotores.
Hizo un nuevo intento por escapar pero uno de ellos le prensó la pierna.
“Los otros dieron la vuelta. Me pusieron armas en la cabeza, el pecho y el estómago. Me dijeron: ‘Si sigue peleando lo vamos a matar’”, dijo.
Angulo contó que lo esposaron, le pusieron una capucha en la cara y que estuvo aproximadamente una hora y media en el vehículo. Posteriormente lo llevaron a tres casas distintas pero desconoce las ubicaciones.
El grupo exigió el pago de dinero como rescate pero querían el monto en bitcoins.
Angulo aseveró que les explicó desesperadamente que él ni su familia conocían el uso de esa moneda ni manejaban ese tipo de transacciones.
Fue necesario que la familia encontrara un experto en el tema que les ayudara a cumplir con la demanda de los criminales.
El empresario manifestó que uno de los momentos más difíciles fue cuando le grabaron videos y le tomaron fotos para mandar el material a su familia y exigir el rescate.
“Videos muy feos porque eran con armas de fuego en la cabeza…lo que usted ve en México en estos momentos lo está viendo en Costa Rica, la tristeza que estamos viviendo. Me pusieron a decir que estaba bien, que me estaban tratando bien, que me estaban dando de comer y me daban agua”, recordó.
Conforme pasaban las horas, la desesperación se apoderó de Angulo y llegó a pensar que iba a morir.
“Cada vez que se alargaba el tiempo, la zozobra era peor. Pensaba: ‘me van a matar’. Yo lo único que quiero es despedirme de mi madre, mi padre, mi pareja, mis hijos, de mis empleados leales. Es lo único Dios. Lloraba, lloraba, incluso les dije a ellos: ‘denme esa oportunidad de hablar con ellos. Denme la oportunidad y si ustedes quieren me matan’”.
Angulo afirmó que la impotencia se apoderó de él en muchos momentos y solo lo consolaba rezar, pedir a Dios que saliera con vida para reunirse nuevamente con sus seres queridos.
El desenlace
El viernes por la noche, tras el pago del rescate, los sujetos llevaron a Angulo a Sarapiquí y lo dejaron en un charral.
Cuando estaba en la zona pensó que lo iban a matar como ocurrió con el estadounidense William Creighton en el año 2018, quien fue asesinado pese a que la familia entregó el dinero.
Narró que al reunirse con su familia se desplomó y se sintió doblegado por las emociones. Se fundió en fuertes abrazos con sus seres queridos, lloraron y oraron juntos.
