Goleador cubano lanza un mensaje a las personas que lo insultaron en los partidos de la primera división e inició de inmediato su reintegración mental con el fútbol, los brumosos y los goles.
La declaratoria que le absolvió a Marcel Hernández por parte de los Tribunales de Justicia, cambió los derroteros de la nueva vida que pretende emprender de ahora en adelante, cargando la cruz de la experiencia y las dificultades que transitó antes de recibir la noticia que más esperaba.
Sus nuevas metas de reencuentro familiar, además, de ponerse los botines con un aliento de liberación y renovados bríos para hacer muchos goles en el campeonato nacional, antes de poder marcharse a jugar al exterior y recibir los réditos económicos que pudo perderse en este largo periodo de incertidumbre legal.
El delantero cubano arribó al país para probarse como medio campista en el Cartaginés, que comandaba el director técnico Paulo César Wanchope, quien fue el que le instó para que jugase de “centro delantero”.
Con renovados bríos tuvo tiempo para lanzar un llamado a manera de reflexión a sus detractores, a quienes le lanzaron improperios y lo acusan y señalan, para que traten de entender que saquen el odio, según sus palabras, de sus corazones.
“De todo corazón les deseo lo mejor, yo quiero que logren sacar eso de adentro, decirles que no (es solo) Marcel, si no, esas personas a las que les gritan a diario o a las que insultan en redes sociales tienen familia y a veces hay que tener un poquito de cordura y mesura con esas cosas”, indicó a los medios de información.
“Pero mucha tranquilidad por ese lado, yo creo que estas son las cosas que suceden cuando uno pasa por este tipo de situaciones”, advirtió el delantero del Cartaginés.
Por ahora, en su mente está el salir del país para poder ver a sus familiares, sobre todo a su madre en Cuba e incluso viajar a Estados Unidos y Dinamarca, donde residen sus hermanos.
También se propone comenzar a repasar los ofrecimientos que tiene de otros países, donde espera continuar su presencia futbolística.
El goleador reveló cuán afectada se vio su familia con los mensajes de odio que recibió él durante cerca de cuatro años.
“La reflexión es no utilizar las redes para este tipo de cosas. A lo mejor uno es fuerte y puede soportar el embate de personas que no me conocen, ¿pero qué pasa si mi mamá un día amanece y se quita la vida por leer estas cosas?”. “Esas personas a las que insultan en redes sociales tienen familia y a veces hay que tener un poquito de cordura y de mesura”.
Esta noche el cubano enfrenta al club al que pertenece, Alajuelense, que lo cedió a préstamo al Cartaginés.
Con base en entrevista de Alejandro Arley (Noticias Columbia)
