“Si lo pensamos detenidamente es de susto, para uno y para el otro. Una pesadilla que refleja una sociedad que se apagó”, escribe la directora de Noticias Columbia, Evelyn Fachler, en su columna ‘Serendipia’, esta vez enfocada en la fuerte realidad que viven los menores en las escuelas.
Imagine que cada mañana tenga que enfrentar un mundo hostil, donde no se le quiere, donde se burlan de usted, donde es objeto de humillaciones y malos tratos.
Y que en ese mundo está la gente de su edad con la que supuestamente usted no solo debe aprender, sino que también compartir, reír y soñar, porque es un niño o una niña, un joven o una joven que tiene todo el derecho a querer disfrutar de esa experiencia.
Pero resulta que su mundo está lleno de hostilidad. Y ese mundo es el sitio donde usted estudia, es decir su escuela su colegio
Probablemente no querrá ir a ese sitio, porque ahí se siente totalmente infeliz, porque lo acosan, lo humillan y le hacen daño.
Esta es la realidad de miles de niños y jóvenes que son víctimas de otro de los tantos apagones que experimentamos y que bien podría llamarse el apagón emocional
Tomemos como ejemplo el caso de agresión escolar que ocurrió la semana pasada en un centro educativo donde un menor intento asfixiar a otro, y dejemos de lado que ese otro tiene una condición particular que lo hace más vulnerable.
Si lo pensamos detenidamente es de susto, para uno y para el otro. Una pesadilla que refleja una sociedad que se apagó, llena de sombras y con pocas luces que estamos a tiempo de encender , pero tomará mucho , mucho trabajo
