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Pleito en Siquirres y agresión con arma en Limón confirman alerta de OIJ: violencia aumenta entre estudiantes

by Alejandro Arley

Liceo suspendió diez días al alumno sospechoso de uno de los incidentes. No podrá asistir al centro educativo pero tiene derecho a recibir la materia y continuar con el curso a distancia. Foto: Liceo Diurno de Limón.

Hace solo unos días, la Policía Judicial informó de un aumento significativo y preocupante en la cantidad de denuncias por hechos violentos en centros educativos del país.

La subjefa de la Sección Penal Juvenil del OIJ, Sonia Monge, dijo que los casos aumentaron aproximadamente en un 50% tras el retorno a las clases presenciales. Se trata de situaciones como pleitos, amenazas graves, lesiones graves, hurtos y bullying, entre otras.

“Hemos tenido un gran incremento de denuncias. Nos preocupa que hay una intolerancia increíble entre ellos simplemente porque… la compañera tiene un celular más bonito que el mío, porque la compañera o el compañero le gusta la persona que a mí me gusta y eso está generando conflictos”, comentó Monge.   

Videos que circularon durante este año, permitieron identificar pleitos de colegiales en Escazú, Desamparados, Alajuela, Heredia, Bagaces, Cartago y Miramar de Puntarenas, entre otros sitios.  Los casos más recientes, ocurridos este miércoles en Limón, confirman la alerta del OIJ.

Primero, estudiantes del Colegio Técnico Profesional de Siquirres protagonizaron un pleito en la vía pública, cerca de la sede de Correos de Costa Rica. Hubo golpes, empujones, patadas, gritos e insultos.

Por la tarde, se reportó que una riña en el Liceo Diurno de Limón en la que un colegial hirió a otro con un arma blanca. El director del centro educativo, Erick Chevez, dijo a Noticias Columbia que el menor afectado afortunadamente no sufrió lesiones de gravedad pero sí requirió de revisión médica.

Como dicta el protocolo para estos casos, fue necesaria la intervención de autoridades policiales. El caso está bajo investigación a cargo del OIJ.

El alumno sospechoso del ataque provisionalmente fue suspendido 10 días. No podrá asistir al centro educativo pero tiene derecho a recibir la materia y continuar con el curso a distancia.

Consultamos al director del Liceo Diurno de Limón si se ha considerado la opción de usar detectores de metales para el acceso a las instalaciones. Indicó que están viendo algunas opciones y que la intención es adquirir al menos uno tipo paleta.

No obstante considera que esta medida puede quedarse corta por la dinámica de ingreso que tiene el centro educativo y por la presencia de solo un oficial. Es decir, no hay forma de revisarlos a todos.

“Tenemos 2.000 estudiantes. La entrada es a las siete, sabemos que no todos son ‘mañaneros’ o que van a comenzar a llegar desde la seis de la mañana. Al filo de las siete vemos esta ‘estampida’ de estudiantes que van ingresando”, explicó.

Erick Chevez, director del Liceo Diurno de Limón.

Ante esta situación, hizo un llamado a los padres de familia y encargados para que tengan mayor supervisión.

“Los insto a que hagan una revisión en su hogar. Que revisen bultos también, que se cercioren qué están trayendo sus hijos al centro educativo. Que hagan la colaboración porque para nosotros es materialmente imposible. Para usted es más sencillo revisarle el bulto a su hijo que para mí revisar dos mil. Hemos esfuerzos extraordinarios pero lamentablemente sin apoyo no lo vamos a lograr”, recalcó.

Chevez relató que en la institución se han hecho revisiones con apoyo de la Policía. También se fomentan actividades recreativas y  charlas para prevenir hechos violentos.

Sostiene que a veces esos esfuerzos no se visibilizan y se opacan cuando hay algún incidente de agresión.

Efecto pandemia

Aunque no todos los hechos violentos se pueden atribuir a efectos del “encierro” por el Covid-19, se trata de un factor de peso.

Anais Bolaños de la Sección de Apoyo Psicológico Operacional del OIJ, comentó que, tras el retorno a las clases presenciales, la conducta de muchos estudiantes refleja que durante las lecciones a distancia, estuvieron expuestos  a entornos agresivos o que no hubo una adecuada atención y acompañamiento de sus situaciones personales.

Karol Guzmán, psicóloga de la gerencia técnica del PANI, coincidió en que la pandemia generó un estrés adicional en la sociedad y eso incrementó las situaciones de violencia en general.

Las cuarentenas, el temor la virus y las consecuencias económicas dejaron huella en las personas. Muchas no tenían las herramientas emocionales para lidiar con esto.

“Es muy importante tomar en cuenta que muchos de los comportamientos que estamos viendo en los colegios y escuelas son réplicas de lo que está pasando en la casa”, dijo.

Consecuencias

Monge explicó que es errónea la creencia de que a escolares y colegiales, por la edad, se les exime de responsabilidades o que no se exponen a procesos judiciales.  

“Hemos tenido casos en los que los chicos cometen una infracción o algún delito y los padres se molestan un poco. Que por qué nosotros llegamos, que por qué les estamos decomisando el teléfono, que por qué los estamos abordando, que no los podemos detener, cosa que no es cierta”, indicó.

“Por la Ley Penal Juvenil, nosotros podemos detener menores de edad, podemos trasladarlos a Fiscalía, abordarlos en el Colegio y podemos abordarlos con los padres o algún familiar adulto”, añadió.

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