Durante el primer día de juicio por la muerte, en el 2018, de la turista venezolana Carla Stefaniak, uno de los testigos que declaró fue Jorge Luis Espinoza. Es médico y uno de los dueños de las Villas ubicadas en San Antonio de Escazú, donde ocurrieron los hechos aquel 28 de noviembre.
En el debate, que se realiza en los tribunales de Pavas se juzga a un guarda de seguridad sospechoso de asesinar a la joven a puñaladas y ocultar su cuerpo en el jardín de la propiedad conocida como Villas Le Mas.
El testigo pidió que su imagen y su voz no fueran grabadas, por eso hago un resumen de su extensa comparecencia en seis puntos.
1. Sin relación laboral
Expresó que el guarda no trabajaba directamente para él, que era contratado y pagado por una empresa de seguridad privada. Sin embargo admitió que había un “intercambio de servicios” por el uso de apartamento número 7. Es decir, el guarda podía vivir en el lugar a cambio de realizar otras tareas como mantenimiento y aseo.
Contó además que la empresa de seguridad la maneja una persona que también le brinda servicios de jardinería.
2. La historia de que la turista se fue
Relató que el sospechoso dijo que Carla Stefaniak se había ido de las Villas; que la vio tomar un vehículo de Uber a las 5:00 a.m. el día de su desaparición.
Durante los interrogatorios de la Policía, lo escuchó decir que no logró identificar el tipo de carro o el conductor porque estaba muy oscuro. Espinoza dijo que eso le parece extraño porque en la entrada del sitio había alumbrado público y unos halógenos.
3. Abordaje inusual a familiares
Otro hecho que le llamó la atención al propietario de las Villas fue que, cuando familiares de la turista arribaron al hospedaje, el guarda llegó a presentarse y a decirles que él fue el último en verla y que “salió viva” del lugar.
Esta manifestación fue espontánea, sin que mediase alguna pregunta de los presentes.
4. Actitud tras la detención.
Espinoza dijo que, cuando arrestaron al guarda, lo quiso ver a los ojos, pero le llamó la atención que le bajó la cabeza, no pidió ayuda, ni alegó inocencia.
5. Antes del crimen no tuvo problemas
Aseguró que durante el proceso de contratación y luego en las labores cotidianas del vigilante, no tuvo razones para sospechar de algún comportamiento irregular porque su conducta era normal y cordial. Comentó que las reseñas de huéspedes en la plataforma de Airbnb hablaban bien guarda, por su buen trato y servicio.
6. Golpe fuerte
Expresó además que el hallazgo del cuerpo de la mujer en su propiedad fue un golpe muy duro de asimilar para él y su pareja. La situación le afectó psicológicamente y también en el plano económico pues recibieron amenazas a través de redes sociales y tuvieron que dar por terminados sus servicios para Airbnb.
Añadió que está consciente del dolor que esa muerte le provocó a la familia de la turista y que nunca imaginó que una situación de esas se pudiera vivir en su propiedad.
