Un porcentaje de las personas que aseguran que sí van a votar el 6 de febrero en las elecciones nacionales y que se declaran indecisas, en realidad ya habrían escogido candidato presidencial aunque no lo revelan por temor a la censura.
Este fenómeno es conocido como el voto silencioso o voto vergüenza y permanece invisible en las encuestas aunque se esconde en el rubro de quienes dicen no haber definido su apoyo.
El Centro de Investigación y Estudios Políticos, CIEP, de la Universidad de Costa Rica reveló en su reporte del 22 de enero, que 87% de las personas sí votará en febrero próximo y un 13% no lo hará.
Un 43% dice ser indeciso, dato que representa a un millón y medio de costarricenses y del cual debe, además, descontarse una parte por concepto de abstencionismo ubicado históricamente en 35%.
El politólogo, Sergio Araya señala la imposibilidad de cuantificar el voto vergüenza aunque advierte que favorece a las figuras sobre las cuales hoy pesan más opiniones desfavorables.
El primer informe del Observatorio de Comunicación Digital de la Universidad Latina de enero del 2022, menciona a los candidatos del Frente Amplio, José María Villalta; de Liberación Nacional, José María Figueres; de Nueva República, Fabricio Alvarado; del Progreso Social Democrático, Rodrigo Chaves y del oficialista Acción Ciudadana, Welmer Ramos como los que tienen prácticamente 50% o más de comentarios negativos en redes.
Una actualización del mismo estudio del 17 de enero, reporta que eso sí, algunos de estos aspirantes lograron disminuir la cantidad de opiniones desfavorables, tras su participación en el debate presidencial organizado por el Tribunal Supremo de Elecciones.
El politólogo, Jesús Guzmán confirma que el voto silencioso se esconde en el grupo de los indecisos aunque es un grupo pequeño de personas.
Cualquiera de las candidaturas se puede beneficiar con el voto vergüenza.
Los investigadores de la UCR destacan que la disposición a votar es mayor que el promedio de concurrencia a las urnas registrado oficialmente y a pesar de la pandemia.
El CIEP concluye que las elecciones de 2022 son percibidas por el electorado como un período con mayor dificultad para decidir su voto, en comparación con comicios anteriores.
