“Una es una gota de agua en una plancha hirviendo, mientras que la otra no tiene el músculo financiero para estar haciendo eso”, dijo el presidente.
La frase popular reza que las comparaciones son odiosas, pero para el presidente de la República, Rodrigo Chaves, confrontar las realidades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y la del Instituto Nacional de Seguros (INS) es indispensable para explicar los aumentos salariales en ambas entidades.
Chaves condenó el incremento para los funcionarios de la CCSS, mientras que cuando se dio a conocer que algo similar sucedió en el INS, no externó cuestionamientos.
Sin embargo, para el mandatario la razón es clara y sencilla: ambas tienen características que las separan, por lo que una institución puede aplicar el aumento y otra no.
“El aumento del INS se dio en una institución que está fuera de la regla fiscal, que está en competencia, que es tremendamente rentable y que costó 600 millones de colones por año”, justificó.
Para la Caja, la realidad es distinta, según Chaves. La ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y el costo para la institución del aumento hacen que la decisión sea censurable, según sus palabras.
“La Caja, en la parte salarial, está bajo la regla fiscal, por lo que no se puede ni debe pagar ese aumento, la ley es clarísima. Son 63 mil empleados y solo la parte retroactiva de ese aumento eran 29 mil millones de colones más 10 mil millones de colones el primer año”, afirmó.
Además, cuestionó que hará falta más fondos para completar el hospital de Puntarenas porque “ahora resulta que hay un huequillo, y estoy siendo un poquito sarcástico, de nueve millones y medio de colones que hay que invertir porque alguien hizo mal el diseño en la Caja”.
Chaves insistió en sus comparaciones e incluso usó una metáfora para representar lo que significa el aumento en el INS frente al que pretende la CCSS.
“Son dos instituciones muy diferentes: una tiene la competencia legal de hacer el aumento, es un aumento que, en proporción, es una gota de agua en una plancha hirviendo, mientras que la otra tiene prohibición legal y son montos enormes en una institución que no tiene el follaje y el músculo financiero para estar haciendo eso”, sentenció.
