Duele escuchar la palabra “fracaso” cuando no se triunfa. Pero el diccionario es claro y contundente, “resultado negativo o adverso al que se llega en una empresa o acción cualquiera, al no conseguir los objetivos deseados”.
La pérdida de una generación no es una buena noticia. Estamos hablando de meses, semanas, días de trabajo. Una inversión económica muy alta perdida por los resultados.
La parte económica se podría recuperar, pero lo que no se puede recuperar jamás, es dejar ir la opción de participar en una copa del mundo, unos juegos Olímpicos y unos juegos Panamericanos.
Estamos hablando que Costa Rica se perderá un verdadero crisol donde se catapultaría y ratificaría el carácter, la calidad, el éxito y el futuro de un grupo de jugadores, quienes, a no dudarlo, habrían de regresar con una base sólida de aprendizaje, que aceleraría en demasía su competitividad y actitud ganadora.
El responsable técnico de la sub20 tica que se quedó con las manos vacías, sin Mundial Indonesia 2023 ni Juegos Olímpicos París 2024, Vladimir Quesada, asegura que la derrota es parte de la vida.
También dio recomendaciones sobre qué hacer para que en el futuro no se no hable de “una generación perdida”.
“La federación tiene que tener Plan B para este grupo de jugadores. Muchos de ellos nos irán a representar en el próximo mundial ahora en noviembre, en Catar, y la mayoría de ellos junto con los sub21 y los sub23 conformarán la próxima selección mayor hacia el Mundial 2026. Hay buenos jugadores, no podemos dejarlos de lado. No podemos mal llamarlos como generaciones perdidas. No pueden ser una generación perdida”.
El golpe por la eliminación a no dudarlo, dejó un rictus de dolor en el rostro del estratega tico. Era lógico. Vladimir centró sus respuestas en la conferencia de prensa, en la búsqueda de respuestas retóricas.
Vladimir, en momentos tan difíciles, hizo un llamado a la calma, para que se rescate el mérito de lo alcanzado, por muy poco que sea y se valore el avance que varios de sus jugadores tendrán de ahora en adelante en el fútbol nacional e internacional.
“Yo creo que fue bueno. No fue súper notable nuestra participación, pero fue buena a pesar de no haber obtenido el objetivo final, bueno diay, como todo, como se nos ha enseñado de alguna manera a ganar, cuando no ganamos, normalmente lo calificamos de fracaso y, probablemente, así es”, analizó Vladimir Quesada.
De ahora en adelante, dicha generación podrá ver y escuchar, desde nuestro país, el mundial Sub20 de Indonesia, los juegos Olímpicos de París y los juegos Panamericanos de Santiago.
Posiblemente podrán aprender algo, pero no será lo mismo que hubieran participado en dichos escenarios. Se perdió una grandiosa oportunidad de escalar a los estados más altos en dicha división.
La Tricolor podría rescatar al mediocampista Brandon Aguilera, quien, ahora que regresa a su club Liga Deportiva Alajuelense, debería luchar para que sea llamado al plantel que viajará al mundial de Catar 2022.
