“Este mecanismo ha demostrado ser 100% efectivo en otros países y lo vemos como una posibilidad”, afirmó Cindy Quesada, ante la Comisión de la Mujer en la Asamblea Legislativa.
El aumento de la violencia contra las mujeres y los femicidios en el país preocupan a las autoridades de la administración Chaves Robles.
Por esta razón, las instancias encargadas de velar por la protección de los derechos de las mujeres preparan una serie de iniciativas, para revertir la tendencia al alza de los últimos años en estos delitos.
La ministra de la Condición de la Mujer, Cindy Quesada, dijo que una de las alternativas es el uso de tecnología para evitar que víctima y victimario puedan acercarse.
“Hay un mecanismo electrónico que permite que al agresor se le ponga una tobillera o un brazalete, y a la víctima, para que estén interconectados y en el momento en que se rompen las distancias establecidas genera una alerta inmediata. A ella se le llama y se le dice que se ponga en un lugar seguro y a él se le dice que se está acercando, que se retire”, explicó.
El método ya se utiliza en otros países. Por ejemplo, en Francia se adoptó en setiembre del 2020, y en naciones como España y Chile se usan métodos similares.
“Ha demostrado ser 100% efectivo en otros países y lo vemos como una posibilidad. Aquí la empresa privada va a jugar un papel importante, porque Costa Rica tiene una gran bondad de productores de software y no tenemos que depender de algunos internacionales, sino producirlo a nivel interno”, aseguró Quesada.
En este análisis de la situación país, la ministra señaló como una debilidad la falta de trazabilidad del proceso de una mujer agredida y los aportes que le da la institucionalidad.
“Las instituciones dan un informe, pero abstracto. Se dice cuánto se invirtió y a cuántas personas atendieron, pero no hay forma de conocer cómo ingreso el sistema cada persona, para trazar su proceso y saber si se les dio respuesta”, señaló.
