No podía dormir, tenía un presentimiento. Así que se levantó temprano, a las 5 a.m., y apenas medio hora después recibió la noticia de su hermano; su papá, fanático seguidor florense, había fallecido de covid. Hoy en día, imagina a don Luis conduciendo su taxi con buzo, sombrero y la camiseta que siempre utilizaba cuando el ‘Team’ levantaba la Copa: La que portó Jafet el día en que debutó con Herediano.
El domingo 11 de abril, Jafet Soto visitó a su mamá y la acompañó hasta las 5 p.m.. A su papá, Luis Fernando Soto, le diagnosticaron covid unos días atrás y estaba internado en el hospital.
Al finalizar la tarde, Jafet se regresó a su casa, pero no pudo dormir.
Le invadía un presentimiento y no lograba conciliar el sueño.
A la mañana siguiente se levantó temprano, a las 5 a.m., se bañó y apenas media hora más tarde recibió la llamada de su hermano para avisarle que su padre había muerto.
Unos meses después de aquel trágico día, Soto confiesa que todavía no supera el duro golpe y que, muy probablemente, nunca lo hará del todo.
Tenía una relación tan cercana con su progenitor, que en ocasiones hablaban hasta dos horas por teléfono.
Después de su partida, le prometió que ganaría el título y construiría el nuevo Rosabal. Respira con algo de alivio cuando piensa que ya cumplió su primer deseo y que el segundo va en camino.
“Es un tema que me duele mucho, mi papá tiene nueve meses de fallecido y no lo supero, murió muy joven. Me duele todos los días. Si había alguien que me impulsaba en mi carrera era él, y ahora la forma en que me impulsa es desde el cielo”, reconoce.
“Yo le prometí a él públicamente que iba a ganar el campeonato y que iba a hacer el estadio. Era una persona súper apasionada y súper herediana”, contó Soto.
El taxi y la casaca. Jafet lo recuerda siempre. Le es imposible no imaginarlo subido en su taxi el lunes 20 de diciembre, después de la obtención del título 29, con el buzo de Herediano, la camiseta rojiamarilla que siempre utilizaba cuando el equipo levantaba la Copa y un sombrero.
Aquella camisa era especial. Fue con la que debutó Jafet en el ‘Team’, y su padre siempre la portaba cuando su equipo conseguía una nueva corona.
“Y si alguien le decía algo de Herediano que lo ofendiera, mi papá lo hacía bajado del taxi”, contó Jafet, con nostalgia.
Para el hoy gerente florense, el duelo es eterno, pero se aprende a sobrellevar con el tiempo. El vacío quedará ahí, pero el recuerdo vivirá para siempre.
“Esto no se supera, con esto se aprende a vivir”, afirmó.
Su único consejo para los que viven un duelo como el suyo es recordar siempre.
“Rece por él todos los días, cante con él, llévese las canciones que a él le gustaban al cementerio, yo hasta mariachi le llevaba a mi papá al cementerio”, concluyó Soto.
